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Orientació mitjançant els astres

Maraton Messier al Bahram Palace, al Kavir National Park. Iran

Avui dia ens es habitual a la societat occidental el fer servir aparells electrònics per esbrinar com arribar a un lloc. Aquests aparells, als que anomenem GPS (Global Positioning System o Sistema de Posicionament Global), porten un receptor que capta el senyal d’una constel·lació de 24 o més satèl·lits que es renoven periòdicament. Com ho feien abans les persones per orientar-se? Es clar que durant el dia es podien guiar per referències visuals, però.. i a la nit? i al desert? i al mar? Doncs també feien servir ajudes que venien del cel: mitjançant els estels…

El primer concepte que introduirem es el de la esfera celeste. Aquesta es una construcció mental que fabrica el nostre cervell al mirar al cel. Si ens orientem mirant al Nord, a la nostra dreta tindrem l’Est, a l’esquerra l’Oest i el Sud es trobarà a la nostre esquena (ens referirem tota l’estona a l’hemisferi nord). El Pol Nord Celeste es aquell al que apunta l’eix de rotació de la Terra. Si féssim una gravació apuntant a aquest Pol Nord Celeste, veuríem com totes els estels girant al voltant d’ell (veure fotografia) La projecció d’aquest punt de l’Esfera Celeste sobre l’horitzó ens marcarà el nostre Nord geogràfic.

On trobar el Pol Nord?

Com podem localitzar el Pol Nord Celeste (PNC)? Doncs avui dia està marcat per l’estrella anomenada Polaris, popularment coneguda com l’Estrella Polar. Degut a que aquest estel no es gaire lluminós (magnitud 2.0), i que la contaminació lumínica afebleix mes la seva brillantor, haurem de fer servir algunes constel·lacions veïnes per localitzar-la. L’Estrella Polar es la punta de la cua de la constel·lació de l’Óssa Menor. A la nostre latitud (Barcelona), uns 42º aproximadament, es fàcilment recognoscible la seva germana gran, l’Óssa Major, també anomenada “El Carro”. Per localitzar l’estrella Polar també podem fer servir la constel·lació de Cassiopea, que, com l’Ossa Major, es circumpolar a la nostre latitud, es a dir, que la podem veure durant tota la nit tot l’any, Cassiopea. A Cassiopea la podem identificar fàcilment per que te forma de W o M, segons com ho vulguem interpretar.

Com localitzar Polaris des de Cassiopea o la Ossa Major

Per trobar Polaris estendrem unes 4 vegades la distancia dels estels que conformen la part final de l’Óssa Major, Merak i Dubeh (fletxa vermella). També la podrem trobar si tracem una recta entre l’estel mig de la constel·lació de Cassiopea, Tish i l’estel Alioth de l’Óssa Major (fletxa groga). La projecció de Polaris sobre l’horitzó ens marcarà el Nord.

Posició del Pol Nord Celeste al llarg de la història

Però això no sempre ha sigut així. L’eix de rotació de la Terra te una inclinació respecte l’eix eclíptic de 23 graus i 26 minuts i gira com una baldufa, en sentit retrògrad (moviment de precisió), amb uns període de 25.780 anys. Això provoca que el Pol Nord Celeste canviï al llarg dels anys.

Inclinació de la Terra i moviment de precisió
Posició del PNC al llarg dels anys

Hi ha estudis recents que confirmen que els egipcis van fer servir la alineació de estels de l’Óssa Major per alinear las piràmides. Això es pot comprovar en el següent vídeo:

Orientació mitjançant un estel qualsevol

Si per qüestions climatològiques o orogràfiques no poguéssim veure aquests estels, podem fer servir qualsevol estel per orientar-nos. Bàsicament es tracta de col·locar dos pals al terra i prendre un estel de referència. Un cop passats 30 minuts mirem cap a on s’ha desplaçat l’estel. El desplaçament indicarà el punt cardinal que estem enfocant. En funció de l’hemisferi, aquest serà un o altre. En el cas de l’hemisferi sud, si ho ha fet cap a l’esquerra, els pals apunten al Nord, si ho ha fet cap a la dreta, apunten al Sud, Si ho ha fet cap a dalt, apunten a l’Est, i si ho ha fet cap abaix, vol dir que apunten a l’Oest.

Enllaços d’interès

Los tramposos muones, y cómo podemos tocar estrellas

Noche estrellada de Vincent van Gogh
Noche estrellada de Vincent van Gogh

Las teorías de relatividad desarrolladas inicialmente por Einstein establecen que varias magnitudes físicas medibles son relativas a la velocidad de movimiento del observador, específicamente, el tiempo se dilata y el espacio se contrae. Se establece que un cuerpo moviéndose a velocidades cercanas a la velocidad de la luz experimentaría una dilatación de tiempo y una contracción del espacio en la dirección en la que cuerpo se mueve. Este principio se extrapola hasta la mismísima velocidad de la luz, a la cual un cuerpo no experimentaría tiempo alguno y el espacio estaría infinitamente contraído en la dirección en la que se mueve.

Este efecto de dilatación y contracción se puede observar de forma notable en los muones generados en la atmósfera de nuestro planeta. Los muones son partículas que se generan cuando rayos cósmicos del sol colisionan con las capas superiores de la atmosfera. Estos muones se mueven en relativamente la misma dirección que los rayos cósmicos que los engendraron y a velocidades cercanas a la velocidad de la luz (0,9997c).

Estas partículas tienen una vida media de aproximadamente 2,2µs. Esto quiere decir que luego de 2,2 millonésimas partes de un segundo, la mitad de los muones de cualquier cantidad de estos se habrán degradado para formas otras partículas. Esta vida media es extremadamente corta, e incluso moviéndose a la velocidad con que los muones se mueven, sólo alcanzarían a moverse unos 450m antes de que la mitad de ellos sea degradado. Con esto en mente, uno debería pensar que los muones que se forman en las capas superiores de la atmósfera (más de 15.000 metros de altura) no deberían alcanzar la superficie terrestre, sin embargo más de diez mil muones golpean cada metro cuadrado de la tierra por minuto. ¿Cómo se explica esto?

Debido a la velocidad con que se mueven los muones, desde el punto de vista de la tierra el tiempo que experimentan se dilata considerablemente. Esto permite a los muones alcanzar la superficie de la Tierra, a pesar de que realizaron un viaje de varios miles de metros. Entonces es la dilatación lo que explica cómo los muones llegan a la Tierra, desde el punto de vista un observador en la Tierra. Un tipo con un cronometro en la Tierra vería que los muones hacen el viaje en alrededor de 50µs, un tiempo mucho mayor que la vida media de los muones.

¿Pero qué ocurre desde el punto de vista de los muones? Desde el marco de referencia inercial de los muones, su propia vida media no se ve afectada. Si hubiera una personita en miniatura sentada sobre un muon, sosteniendo otro cronometro, vería que luego de 2,2µs la mitad de los muones con los que viaja se verían degradados. Lo que ocurre en vez es que desde el punto de vista de los muones, el espacio en la dirección en la que se mueven se vería contraído enormemente, entonces esos 15.000 metros se reducirían a una distancia de solo cientos de metros, permitiendo a los muones alcanzar la superficie terrestre en un tiempo menor a 2,2µs. Son entonces estos dos efectos, la dilatación del tiempo y la contracción del espacio lo que explica cómo estas partículas no se degradan antes de poder ser detectadas por nuestros sensores en la Tierra. Así es cómo los muones hacen “trampa” y se mueven distancias mayores a las podrían moverse en un tiempo dado sin velocidades relativistas.

Los muones se mueven a velocidades muy cercanas a la luz, pero jamás podrán alcanzarla. Según la teoría de relatividad, ningún cuerpo con masa puede jamás alcanzar la velocidad de la luz, la energía necesaria para que ello ocurra sería infinita. Es por esto que ningún objeto con masa nunca podría experimentar esta dilatación y contracción infinita que le ocurre a la luz.

Afortunadamente, existen partículas sin masa que sí pueden alcanzar la velocidad de la luz. Un ejemplo de esto son los fotones, las mismísimas partículas que componen la luz. Para los fotones no existe el tiempo y el universo es un espacio bi-dimensional, con la dirección en la que se mueven infinitamente contraída.

Algo que hace que este fenómeno sea aún más sorprendente, es el hecho de que muchos fotones que alcanzan nuestro planeta provienen de estrellas lejanas, a más de miles de millones de años luz de distancia. Fotones que nacieron en el corazón de estrellas que ya murieron hace eones, que han viajado imperturbados por miles de millones de años para finalmente chocar contra las retinas de nuestros ojos en alguna noche de cielo estrellado.

Para estos fotones, su nacimiento en una estrella y muerte en nuestros ojos es un fenómeno simultáneo, y no existe distancia alguna entre esta estrella y nosotros. Tomando en cuenta esto creo que podemos decir que de alguna extraña manera, cuando miramos una noche estrellada, somos contemporáneos y prácticamente podemos tocar estrellas más antiguas que nuestro planeta.

Este artículo nos lo envía Vicente Muñoz Walther. Ingeniero en Biotecnología Molecular de la Universidad de Chile, en Santiago de Chile. En la actualidad trabaja en el laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Ciencia & Vida. Vicente también escribe cuentos cortos de fantasía y ciencia ficción, los cuáles podéis leer en cuentosdeltente.blogspot.com.

Referencias científicas y más información:

Beringer et al. (Particle Data Group) (2012).“PDGLive Particle Summary ‘Leptons (e, mu, tau, … neutrinos …)’”(PDF). Particle Data Group. Retrieved 2013-01-12.

Mark Wolverton (September 2007). “Muons for Peace: New Way to Spot Hidden Nukes Gets Ready to Debut”Scientific American 297 (3): 26–28.

This article originally appeared on Naukas.com