Diez absurdas teorías pseudocientíficas defendidas por políticos españoles

Homeopatía, reiki, terapias naturales o alternativas, transgénicos… Está claro que las teorías e ideologías pseudocientíficas están cada vez más presentes en la sociedad española.

Por desgracia, este tipo de pensamientos no sólo están instalados en la conciencia de un creciente número de ciudadanos, sino también en la de diversos políticos de nuestro país. Estos a veces esgrimen y fomentan todo tipo de propuestas sin evidencia racional que acaban siendo señaladas por diversos grupos de investigadores y científicos, quienes critican la proliferación de este tipo de teorías en ámbitos tan influyentes como la política o la comunicación.

De hecho, la historia reciente nos ha dejado varios ejemplos de políticos españoles (muchos de ellos retratados en el libro El peligro de creer, del periodista Luis Alfonso Gámez), inmersos en el fomento y promoción de tan exóticos argumentos. Estos son algunos de los más destacados.

1.- La fiebre de la Power Balance: Leire Pajín, Javier Arenas, Patxi López…

Leire Pajín, con una Power Balance. Foto: EFE. Montaje: Luis Alfonso Gámez (magonia.com).
Leire Pajín, con una Power Balance. Foto: EFE. Montaje: Luis Alfonso Gámez (magonia.com).

Seguramente uno de los momentos más recordados. En pleno auge y moda de las famosas pulseras Power Balance (en riesgo de quiebra por el pago de indemnizaciones y tras reconocer el nulo efecto de su producto), fueron muchas las personalidades de nuestro país que aparecieron en actos públicos luciendo dichas pulseras, que aseguran ayudar a mantener “el equilibrio, la flexibilidad y la fuerza”.

Entre los políticos españoles la llevaron Patxi López y Javier Arenas, por poner sólo dos ejemplos, pero el caso más llamativo y criticado fue el de Leire Pajín. Sus sus fotos con dicha pulsera salieron a la luz cuando la dirigente socialista iba a ser nombrada nueva ministra de Sanidad. Pajín, al igual que varios compañeros, aseguró haberla llevado por ser un regalo, no por sus (falsos) poderes curativos.

2.- Ana Mato y la medicina “natural”.

De ministras de Sanidad va la cosa. En este caso fue Ana Mato, del PP, la que en 2012 se vio acorralada ante la iniciativa del propio Ministerio al empezar a sacar medicamentos de la lista de productos sanitarios amparados bajo la sanidad pública española.

La respuesta de Mato fue, cuando menos, sorprendente: “Sacaremos delvademecum medicamentos de escaso valor terapéutico que se pueden sustituir con alguna cosa natural”.

3.- Manuela Carmena y Madrid como “zona libre de transgénicos”.

La actual alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, acudió a las elecciones municipales con un programa que, entre sus propuestas, incluía tres puntos basados en creencias pseudocientíficas. El más destacado, declarar Madrid como una “zona libre de transgénicos”.

La propuesta incluida por el equipo de Ahora Madrid fue intensamente criticada por diversos investigadores y científicos e incluso acabó desembocando en un debate público sobre el tema en el que se llegó a invitar a Rocío Pérez, redactora de Teknautas, para quien “la única razón para odiar los transgénicos es la falta de información científica”.

4.- Felipe VI y su ‘milagroso’ parche de titanio.

Foto: Roque Martínez (ABC).
Foto: Roque Martínez (ABC).

En el verano de 2010, el rey Felipe VI (por aquel entonces aún príncipe) fue fotografiado en Mallorca llevando un enigmático parche en su cuello. El producto en cuestión era un parche de titanio muy de moda en Estados Unidos, donde este artilugio, que presume de “equilibrar las corrientes bioeléctricas del cuerpo”, se puso muy de moda entre todo tipo de personalidades públicas.

El parche en cuestión estaba fabricado y comercializado por Phiten, una compañía fundada por un quiropráctico que con su invento asegura ser capaz de “regular y equilibrar el flujo de energía en todo el cuerpo”, unas declaraciones carentes de todo tipo de argumento científico que las defienda.

5.- Pablo Iglesias y la “hipersensibilidad electromagnética”.

La polémica más reciente. El pasado 3 de julio, los eurodiputados Pablo Iglesias y Estefanía Torres elevaron ante el Parlamento Europeo una petición para que la UE reconozca la “hipersensibilidad electromagnética” como enfermedad, asegurando que “los lobbies han boicoteado (…) el reconocimiento básico de los derechos de las personas electrosensibles”.

Lo que Iglesias y Torres parecen no saber es que la hipersensibilidad electromagnética (o la Sensibilidad Química Múltiple-SQM) son enfermedades que, literalmente, no existen más allá de su mero efecto psicosomático. Hasta el momento ningún estudio científico ha conseguido probar la existencia real de esta (no) enfermedad. De hecho, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que, aunque hay personas que dicen estar afectadas por este tipo de ondas, en realidad se trata de una simple percepción psicológica.

6.- El Gobierno Vasco y las antenas de telefonía.

Siguiendo con las ondas y los magnetismos, el Gobierno del País Vasco también cuenta en su haber con un episodio sonrojante. Tuvo lugar en enero de 2014, cuando decidió ‘blindar’ un instituto de Bilbao ante la presión de muchos padres, que aseguraban que la cercana presencia de una antena de telefonía móvil estaba amenazando la salud de sus hijos.

En realidad, no hay ningún estudio científico que avale los posibles peligros de salud que puedan provocar estas antenas ni sus ondas. De hecho, desde el propio Gobierno Vasco se aseguraron de que la radiación emitida por dicha antena estaba incluso por debajo de los límites legales, pero acabó accediendo a la petición para tranquilizar a los padres.

7.- Antivacunas y antichemtrails en Podemos.

No es ningún secreto que, con frecuencia, las teorías pseudocientíficas suelen tener más aceptación entre ideologías de izquierdas, y en Izquierda Unida y Podemos saben mucho de esto. De hecho, el propio Pablo Echenique, antes de la fundación de Podemos, llegó a promover una charla sobre la frecuente presencia de este tipo de teorías entre los militantes de formaciones de izquierdas.

El partido de Pablo Iglesias lo vivió muy de cerca sobre todo el año pasado, cuando, al hilo de la formación de los diversos círculos, se encontró con grupos que pretendían sumarse a la formación defendiendo teorías tan exóticas como el movimiento antivacunas, los ataques contaminnates mediante chemtrails o el reiki. Sin embargo, el grupo Podemos Terapias Naturales no llegó a formar parte de la lista oficial de círculos de Podemos.

8.- Sanidad y la regulación de la homeopatía.

En noviembre de 2013, el Ministerio de Sanidad publicó un proyecto de orden ministerial con el que pretendía iniciar el proceso de regulación y comercialización en España de más de 19.000 productos homeopáticos, un documento que le ahorraría a la industria homeopática un sinfín de tasas sanitarias.

Sin embargo, el Ministerio obvió una realidad que en su propia institución ya conocen: la homeopatía (difundida bajo el principio ‘lo similar cura lo similar’, una sentencia tan insensata como indefendible científicamente) no tiene ningún efecto médico más allá del puro placebo. De hecho, en nuestro país son medianamente frecuentes los suicidios homeopáticos, una práctica que, en tono de humor, pretende denunciar que en España se permita vender este tipo de productos.

9.- La Unión Europea y la homeopatía para animales.

El problema de la difusión y fomento de la homeopatía no es exclusivo de España, ni mucho menos. En 2009, la propia Unión Europea elaboró un documento regulatorio de la acuicultura orgánica que trajo consigo una intensa polémica.

Dicha polémica residía en que, en dicha regulación, la UE obligaba a los países miembro a tratar a los animales de las granjas ecológicas con remedios homeopáticos, en vez de recurrir a medicamentos con eficacia probada.

10.- Izquierda Unida y las ‘terapias alternativas’.

Como decíamos antes, los partidos políticos de izquierdas han sufrido en mayor medida la proliferación de teorías pseudocientíficas entre sus militantes. Y uno de los ejemplos más frecuentes en nuestro país lo encontramos tradicionalmente en las filas de Izquierda Unida.

Por eso, el psicólogo Eparquio Delgado, militante de la formación, elaboró en 2012 una propuesta de rechazo a la homeopatía y todo tipo de terapias alternativas no avaladas por el método científico. El documento fue aceptado y aprobado en la X Asamblea Federal, convirtiendo a Izquierda Unida en el primer partido político de nuestro país en mostrar su rechazo hacia este tipo de prácticas.

This article appeared originally on elconfidencial.com

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